Texto: Nerbi Arias/ Fotos: Shirley Araque.
Caracas, 28 de julio de 2018.- Con alegría y euforia distintos Movimientos y Misiones Sociales de Caracas se dieron cita en la plaza Diego Ibarra para realizar una gigantografía humana donde se pudo apreciar el rostro del Líder de la Revolución Bolivariana Hugo Rafael Chávez Frías.
De esta manera, jóvenes y adultos de estas organizaciones festejaron el natalicio número 64 del arañero de Sabaneta, entre ellos se encontraban: Frente Francisco de Miranda (FFM), Movimiento por la Paz y la Vida, Movimiento Eulalia Buroz, Misión Nevado, Misión Hogares de la Patria y Misión Jóvenes de la Patria “Robert Serra”.
Se dio inicio a la velada con palabras de amor y recuerdos de experiencias expresadas por los asistentes quienes hablaron sobre el legado del Comandante Chávez, rememoraron con afecto y con una gran carga emotiva y de sentimientos todo lo que Chávez significó y significa para ellos, sus enseñanzas, su entrega, su pasión y amor hacia los más humildes y los grandes logros en Venezuela
Para Deglys Ocanto, luchador del Frente Francisco de Miranda, Hugo Chávez representó un liderazgo a nivel mundial, “nuestro Comandante Chávez está vivo en nuestros corazones fue un líder sin duda alguna a nivel mundial, el es una de las principales fortalezas de esta Revolución y hoy lo estamos demostrando con esta gran pizarra humana en su honor” expresó Ocanto.
Así mismo, Lenin Márquez, vocero Nacional del FFM y uno de los organizadores del evento aseveró que este acto representa la alegría del pueblo Bolivariano que a pesar de la situación actual que hoy padece, le sigue y seguirá rindiendo tributo a Hugo Chávez.
“Hoy el pueblo salió alegre en todas las plazas Bolívar a celebrar una vez más el cumpleaños de nuestro líder desde aquí queremos decirle al mundo que este pueblo revolucionario no se va a rendir. ¡Sigue en pie de lucha! que viva nuestro comandante Chávez, hoy más vivo que nunca”.
Chávez nació el 28 de julio de 1954 en Sabaneta, estado Barinas, aficionado a la pintura, a la lectura y a las matemáticas. Su infancia transcurrió de forma feliz entre los juegos callejeros, el béisbol -su mayor pasión- y la venta de dulces de lechosa de su abuela Rosa Inés.